Según
un estudio de la OMS indica que el 20% de los niños duermen menos
horas de las recomendadas. Encima en invierno también puede ser
especialmente difícil para algunos chiquillos conciliar el sueño.
Acostarse bajo una enorme pila de mantas podría parecer la solución
ideal para combatir el frío, pero los expertos recomiendan otros
consejos:
Bajar
la calefacción:
Podemos
pensar que tener la calefacción al máximo es lo mejor para mantener
el calor, pero en realidad puede afectar negativamente a su sueño.
No hace falta convertir la habitación de nuestros hijos en una
sauna, con estar en un intervalo de 15 a 20grados es suficiente.
Debemos tener en cuenta que los niños ya duermen en su cama bien
abrigados al utilizar edredones o nordicos infantiles así
que no apure al máximo la calefacción.
Obviamente
tampoco es bueno que la habitación del niño esté muy fría,
debemos ser sensatos y propiciar un clima adecuado para estar lo
suficientemente abrigado con una funda nórdica sin necesidad de
amontonar muchas mantas.
Proporcionar
ambientes luminosos durante la tarde:
Durante
los meses de invierno los días son generalmente más oscuros y esto
puede afectar al sueño de un niño de manera tremenda. La luz del
sol ayuda a que estemos más activos y si no proporcionamos un
ambiente suficientemente luminoso podemos encontrar que a partir de
las 6 de la tarde empiece a dormirse para desvelarse luego en el
momento de la noche.
Cenas
ligeras:
Al
igual que los adultos, no es necesario comer mucho antes de irse a
dormir. Lo mejor es una cena ligera y terminarla al menos 2 horas
antes de ir a dormir. Antes de irse a dormir es recomendable beberse
un vaso de leche caliente ya que ayuda a relajar el cuerpo del
pequeño.
Hacer
ejercicio:
Lo
normal es que un niño en el colegio haga la suficiente actividad
física durante toda la jornada, pero aún así siempre podemos
aprovechar para que realice alguna actividad extraescolar como el
baloncesto o el fútbol. Así por la noche en casa se sentirá más
cansado y dormirá mucho mejor.
Tener
un patrón de horario:
Es
vital que un niño tenga el mismo patrón de horario para irse a
dormir, tanto si es un día lectivo como si es un festivo o fin de
semana. Debemos evitar que se acuesten más tarde las noches que no
tienen cole al día siguiente. Así que establezca la misma rutina
durante todo el invieerno.
Usar
un humidificador:
El
aire seco y frío durante la temporada de invierno puede ser molesto
en su respiración, ante esta falta de humedad se puede secar la
nariz de nuestros niños y dificultar su respiración mientras
duermen. Así que poner un humidificador en la habitación del niño
ayudará a mantener el aire húmedo a lo largo de la noche y evitará
que se le tape las narices.
Con
todos estos consejos en seguida podréis comprobar como vuestros
hijos empiezan a dormir mucho mejor en las frías noches de invierno.
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